Forma parte ya del lenguaje cotidiano denominar Zona Cero a aquel espacio (físico o no) que ha sido objeto de un acontecimiento de tal magnitud que, automáticamente, pone el contador a cero en la historia particular de ese sitio (físico o no): primero para que no se olvide y, segundo, para que todo pueda ser reformulado desde ese nuevo punto de partida. El momento actual de crisis generalizada puede convertirse (si no lo ha sido ya) en la Zona Cero para la arquitectura en nuestro país: un espacio de tiempo, concreto, a partir del cual nos veremos obligados a buscar nuevos caminos. / Forms part of everyday language to call Zero Zone to that space (physical or not) that has undergone an event of such magnitude that automatically sets the counter to zero in the particular history of that site (physical or not): first so that is not forgotten and, second, so that everything can be reformulated from this new starting point. The present time of general crisis can become (if it has not already been) at Zero Zone for Architecture in our country: a space of time, concrete, from which we will be forced to seek new ways.

12/2/13

EL HORROR Y LA MEMORIA / MEMORIAL DE WODICZKO+BONDER EN EL PUERTO DE NANTES (FRANCIA)


Wodiczko+Bonder, Memorial para la Abolición de la Esclavitud en el puerto de Nantes  


EM2N, Viaducto Arches en Zurich

La compleja trama de nuestras ciudades está formada tanto por “lugares” como por “no lugares”. Estos últimos pueden ser vistos como los retales de una planificación y desarrollo urbanístico que, en puntos concretos, aparecen como islas que parchean la trama urbana: solares en standby, parques o jardines que nunca llegaron a serlo, edificios industriales olvidados, etc. También, la traza de las necesarias infraestructuras urbanas muestra sus efectos secundarios: enormes eriales atrapados entre las vías de tráfico o de ferrocarril, infraespacios al abrigo de los pasos elevados, “parcelas urbanas” con infinitas casetas para instalaciones....

EM2N, Viaducto Arches en Zurich

En los últimos tiempos, la ciudadanía y fundamentalmente los activos movimientos vecinales, están removiendo las conciencias con el objeto de recuperar estos “no espacios” para la ciudad. Desde el punto de vista puramente arquitectónico, baste recordar, por lo reciente, la sorprendente propuesta y actuación llevada a cabo por el equipo helvético EM2N, en el 2010, para rescatar, con un uso comercial, el espacio residual existente entre los “ojos” de un gran viaducto para el ferrocarril y un pontón anexo en la ciudad suiza de Zúrich.

En la misma línea del proyecto anterior, pero con una ubicación aun más pintoresca, la pareja formada por el artista plástico, de origen polaco, Krzysztof Wodiczko y el arquitecto francés Julian Bonder, resultaron ganadores con su propuesta para recuperar un antiguo muelle portuario en la ciudad de Nantes destinado a espacio conmemorativo. Si en Zúrich los arquitectos de EM2N contaban, al menos, con el espacio definido por las trazas de los arcos, el equipo francés tuvo que echar mano de las tripas del viejo pantalán.


Wodiczko+Bonder. Memorial: planta general de la actuación y espacio expositivo subterráneo

Wodiczko+Bonder. Memorial: secciones transversales
Wodiczko+Bonder. Memorial: la intervención y su estado previo
El tándem, junto con el consistorio de la ciudad, sientan las bases de la actuación utilizando para ello la historia –durísima- que la infraestructura portuaria arrastraba: la de haber servido en el siglo XVIII como lanzadera de los cargueros (barcos negreros) que transportaban los esclavos hacia el Nuevo Mundo. La propuesta, que recupera el espacio bajo la plataforma del muelle -usada hasta entonces como aparcamiento- se convierte en una metáfora de las siniestras bodegas de los cargueros, destinándose a Memorial para la Abolición de las Esclavitud: un espacio expositivo que introduce al visitante en el horror de aquella época.


Los autores obligan al usuario a descender desde la plataforma superior, convertida en plaza, hacia un recinto inferior, ganado con ayuda de la ingeniería al gran río Loira, a modo de viaje al pasado en el que se respira la atmósfera opresiva de las panzas de los antiguos cargueros.



  


Los materiales utilizados: piedra, hormigón y vidrio, junto con la especial atmósfera producida por su condición subterránea, pretende mover la conciencia de quien visita la exposición con el objeto denunciar, a través de la lectura de la historia, situaciones que convirtieron (y convierten incluso hoy en día) al ser humano en pura mercancía.     

                   



Fuentes:
+ Fotógrafo (para W+B): Philippe Ruault
+ Fotógrafo (para EM2N): Roger Frei
+ Premio Mies van der Rohe 2013. Nominado
+ Mención Especial del Premio Europeo del Espacio Público Urbano, 2012