Forma parte ya del lenguaje cotidiano denominar Zona Cero a aquel espacio (físico o no) que ha sido objeto de un acontecimiento de tal magnitud que, automáticamente, pone el contador a cero en la historia particular de ese sitio (físico o no): primero para que no se olvide y, segundo, para que todo pueda ser reformulado desde ese nuevo punto de partida. El momento actual de crisis generalizada puede convertirse (si no lo ha sido ya) en la Zona Cero para la arquitectura en nuestro país: un espacio de tiempo, concreto, a partir del cual nos veremos obligados a buscar nuevos caminos. / Forms part of everyday language to call Zero Zone to that space (physical or not) that has undergone an event of such magnitude that automatically sets the counter to zero in the particular history of that site (physical or not): first so that is not forgotten and, second, so that everything can be reformulated from this new starting point. The present time of general crisis can become (if it has not already been) at Zero Zone for Architecture in our country: a space of time, concrete, from which we will be forced to seek new ways.

19/3/13

LOS HOMBRES Y EL MAR / REMODELACIÓN DEL PUERTO DE MALPICA (A CORUÑA) DE CREUS e CARRASCO ARQUITECTOS

Creus e Carrasco arquitectos. Remodelación del Puerto de Malpica (A Coruna) 2005/09
Cada vez que me acerco al multipremiado, e igualmente publicado, proyecto de remodelación del Puerto de Malpica, del tándem gallego Creus e Carrasco arquitectos, formado por Juan Creus Andrade y Covadonga Carrasco López, además de ver en él una obra espléndida, lo leo como una suerte de homenaje: una obra dedicada a los hombres de mar y al Mar mismo. Entre los pescadores y el mar: el pueblo y el  puerto, espacio de descanso y refugio; fuera del abrazo protector del espigón del puerto, el hombre se encuentra solo con el Mar, y este, en ocasiones, suele reclamar su tributo. Creus e Carrasco escenifican ese homenaje ofreciéndoles a la gente de la villa marinera un paseo, casi iniciático, al encuentro con el océano; un camino alfombrado -con ayuda de la tecnología- a base de piezas hormigón que se adaptan, con precisión, al quebrado perfil marítimo y “al lugar” en el que se asientan.

La imagen de la alfombra pétrea que se acomoda, sutilmente, al pedregoso suelo del acantilado –en su tramo final- para acabar lanzando al observador desde el Mirador a los brazos del mar, es el colofón de una actuación en la que los arquitectos trabajan, como una materia más, con la memoria del lugar; pura belleza. Creus e Carrasco arquitectos nos desvelan, en lo que sigue, las claves de esta intervención construida con versos de hormigón y de piedra.


De los autores.........................

Memoria justificativa
Se interviene, junto con la Autoridad Portuaria, en la remodelación del puerto, principalmente en aquellos puntos en los que existe la posibilidad de crear espacio público, explorando las condiciones del puerto como lugar de relación y acogida que cuenta con el atractivo de la actividad pesquera y las vistas de un enclave único, presente en la villa a través de rampas, escaleras y miradores. Explotar al máximo la condición de linealidad de un puerto dispuesto en arco, mediante un paseo accesible a cota intermedia que recorre el acantilado apoyado en resaltes y coronaciones de muros que, en cierto modo, lo habita.

De la nada aparece ante todos los ciudadanos el espacio de los escaladores, de los nidos de gaviota, de las rocas ocultas. El espacio intermedio, la capa de camaleón camuflado que contempla, sin interferir, la actividad portuaria. Ya casi nadie se acuerda, pero todo el suelo de la dársena se ha puesto a la misma cota, la 6.10 del muelle de la compuerta, lo que ha mejorado la integración visual y espacial del lado este, además de enterrar bajo el metro de relleno la conducción de saneamiento que recorría, a la vista, la fachada marítima.

La recuperación de los muros sobre los que se asientan las casas, muchos de ellos de piedra, permite la lectura del acantilado, su imagen. Se insiste en las posibilidades de mejora de un caso recurrente en muchas villas marineras de Galicia que, dada su extensión, no admite respuestas de tábula rasa: el hecho de que con el tratamiento de los pocos escasos elementos que se repiten, es decir, de aquellas pautas organizativas, muchas veces ocultas y de presencia descuidada y en si mismas no atractivas, puede conseguirse una belleza distinta, quizás desestructurada, cubista, pero reflejo de una intencionalidad directa, popular. Se actúa sobre uno de los elementos presentes en la memoria de la villa, el mirador del Murallón, mediante su ampliación y separación del tránsito de vehículos.

Se derriban las edificaciones situadas en la bajada sur al puerto: almacén, taller y edificio de la Cruz Roja, lo que permite ampliar y liberar espacio en un trayecto en curva y proponer desde ahí, en continuidad, el arranque del nuevo paseo hasta la Punta da Plancha, apoyándose en el propio muro de piedra y a una cota constante de unos 4.5 metros sobre la plataforma portuaria. A Plancha se convierte en mirador y rampa de conexión con el suelo y en el recorrido se tratan las zonas de acantilado cubiertas con hormigón gunitado mediante la creación de jardines artificiales. El Taller, en un principio reubicado bajo el paseo, se ha realojado definitivamente, como un mueble, en el interior de una nave existente.













En la memoria de la intervención están los muros y los muelles de piedra, plataformas inclinadas, verticales y horizontales, planas, lisas, sufridas y rozadas por los barcos. En la creación de nuevos espacios y usos está la utilización de un elemento y sistema constructivo contemporáneo, el prefabricado de hormigón, pieza-espacio y superficie-línea.

Memoria investigadora
Todas la zonas de paseo se construyen con un único elemento prefabricado de hormigón de 1.22 cm de ancho y 15 cm de espesor. Mediante pequeñas modificaciones en sus extremos se consiguen 7 tipos básicos que responden a diferentes funciones: protección en tramos de paseo volado (inclinación máxima), barrera frente a vehículos en límites de vial y aparcamiento, rampa para acceso practicable, protección de referencia en línea de escollera (inclinación suave), mayor espesor (pecho) en frentes de ola…

En fábrica se estudia la construcción del encofrado metálico para permitir un gran número de puestas y su máximo aprovechamiento en las variaciones del tipo. Las formas de anclaje de las piezas terminadas en obra dependen del tipo de terreno o elemento en el que se apoyan: elástico en muros, bulonado en micropilotes sobre escollera, prolongación recta sobre zapata o contrapesado mediante banco de hormigón en miradores y zonas con vuelos de hasta 7 metros.
Como alternativa al relleno, hasta ahora solución común en las ampliaciones de superficie portuaria, se realiza un forjado unidireccional con prelosas, soportado por pilotes sumergidos y ejecutados con camisa vista metálica como encofrado perdido.

 




En el encuentro con el muelle existente, ante la previsión del fuerte oleaje de los temporales de diciembre, se hacen unas perforaciones cuya función de aliviadero-desagüe permite descargar la presión de agua

Se trata de un tipo de obra en el que los arquitectos, tanto en el proceso de cálculo y diseño de los detalles, como en la ejecución de las soluciones constructivas, han debido entenderse y trabajar con técnicos de la administración, contrata y empresas suministradoras, especializados en un tipo de obra civil que, en este caso, debía ser compartida por otros usos, principalmente los de encuentro y disfrute de los ciudadanos.  


Creus e Carrasco arquitectos

        



















Fuentes:
+ Fotografías: Xoán Piñón y Creus e Carrasco
+ Obra Premiada en la XI Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo


--------------------------------------------------------------COCINÁNDOSE